Claves para el desarrollo de la inteligencia emocional
Actualmente, la inteligencia emocional es una de las cualidades de una persona de las que más escuchamos hablar pero, realmente, ¿sabemos lo que es la inteligencia emocional? Podríamos definirla como la capacidad de identificar, a la vez que comprender, las emociones en nosotros mismos y en los demás. Parece algo fácil, pero lo cierto es que muchas personas carecen de esta cualidad ya que, normalmente, no es algo que se enseñe en la escuela. Por eso, hoy vamos a contaros cómo desarrollar la inteligencia emocional.
La inteligencia emocional se puede trabajar con los más pequeños para que desde una edad temprana sepan identificar sus sentimientos. También con adolescentes, debido a que se encuentran en un periodo donde su personalidad más madura se está formando. Sin embargo, podemos trabajarla y mejorarla a cualquier edad.
A continuación, os exponemos las claves para el desarrollo de la inteligencia emocional:
AUTOCONOCIMIENTO
El primer paso consiste en identificar de forma adecuada nuestras emociones y conocer el origen de estas. Para los más pequeños, podemos practicar con juegos en los que les expongamos situaciones y fichas donde se muestren las emociones. Seguidamente, deben elegir la ficha que se encuentre acorde con sus sentimientos.
En el caso de adolescentes o incluso adultos, lo ideal es conocer y utilizar un vocabulario extenso para identificar nuestros sentimientos de la forma más exacta. Por ejemplo, en muchas ocasiones decimos que estamos tristes, cuando, en realidad, nos encontramos decepcionados, nostálgicos o decaídos. Así, además, nos será mucho más fácil identificar su origen.
AUTOCONTROL Y EMPATÍA
Una vez que sabemos cómo nos sentimos y por qué, debemos controlar nuestras emociones para no dejarnos llevar por ellas. A su vez, este autocontrol nos facilitará tener empatía hacia los sentimientos de los demás, es decir, poder entenderlos y respetarlos ya que, trataremos a las personas como nos gustaría que nos tratasen a nosotros.
La empatía nos llevará a conectar con los demás. Si lo hacemos podremos entender que, en muchas ocasiones, los actos de una persona están originados por sus emociones y no por su personalidad. Si carecemos de empatía, podemos pensar que alguien ha gritado porque es mala persona, cuando, realmente, ha mostrado enfado o agobio en un momento puntual.
Para el desarrollo de la empatía en niños, podemos usar el mismo juego planteado anteriormente. Esta vez les preguntaremos sobre cómo se sentiría alguien de su entorno, como su amigo o sus padres, ante una determinada situación. En este caso también es importante practicar el lenguaje corporal. Por ejemplo, podemos proponerles ciertas emociones para que la expresen con gestos y que otros niños tengan que adivinar de qué se trata.
HABILIDADES SOCIALES
Este último punto consiste en decidir cómo actuamos ante emociones ajenas.
Tras la práctica de los pasos anteriores, lo ideal es desarrollar un comportamiento asertivo, es decir, expresar nuestras ideas, siendo fieles a nuestros sentimientos a la vez que respetamos los de los demás.
Es posible, manifestar comportamientos pasivos, donde no respetamos nuestros sentimientos por ponerlos por debajo de los ajenos o, agresivos, en los que ponemos los propios por encima del resto y no mostramos respeto hacia los demás. En ambos casos, nuestra capacidad de desarrollar inteligencia emocional está fallando y deberíamos replantearnos el proceso.
Desde Orlas Omega esperamos que estas claves os sean útiles para el desarrollo de la inteligencia emocional ya que, a día de hoy, es una cualidad muy importante que nos será útil para cualquier aspecto de nuestra vida, como el desarrollo académico, la búsqueda de empleo o simplemente mantener relaciones sociales sanas.